Proyecto Noviembre: El Fragmento.

El proyecto para el mes de noviembre en el grupo "Adictos a la Escritura" se trata de El Fragmento, esto constaba de realizar un escrito basandonos en un pequeño fragmento literario, ya sea de un novela, una canción, un poema, etc. He estado un tanto alejada de la escritura ultimamente, así que solo espero que lo disfruten.

Tengo planes, grandes planes,
Voy a construirte una casa.
Cada piedra es una lágrima,
Y no te trasladarás nunca más
Sí, voy a construirte una casa,
Que no tiene ventanas, ni puerta,
El interior será oscuro,
Ninguna luz penetrará allí

Sí, voy a hacerte una vivienda,
Y tú serás una parte de ella.

Piedra sobre piedra, voy a emparedarte,
Piedra sobre piedra,
Me quedaré siempre cerca de ti.

Sin ropa y sin zapatos,
Me mirarás trabajar,
Los pies en el cemento,
Embelleces los cimientos,
Fuera, habrá un jardín,
Y nadie te escuchará gritar.

¡Qué golpes, qué martilleos!
Afuera, el día atardece.
Todos los clavos están derechos,
Cuando los clavo en tu cuerpo de madera.

Rammstein - Stein um Stein

Poderosa dermis enfebrecida por el odio, por aquél retorcido dolor al saber que la persona que amó no estaría nuevamente a su lado.  No, nada importaba ya, y es que al final el único culpable de todo lo sucedido era él; él y los malditos celos que habían logrado corromper cada una de las células que componían su humanidad. Cada decisión tomada durante el transcurso hubiera significado llegar irremediablemente al mismo punto; la pérdida inminente de su intrépido amante. 
Días antes de que el ocaso cayera como metal ácido e hirviente sobre su testa, alejando el raciocinio del cual todos somos portadores a algún lugar recóndito de su cerebro, dando sitio a una pésima idea con un final aun peor. Es preocupante, pero una vez que presientes que algo anda mal, te obsesionas hasta romper con el misterio.
El amor suele ser difícil, nunca sabes cuando algo acabará, y aunque sea por las buenas o tal vez agonizando, ese tiempo siempre llega. Él desestimaba que el amor se corrompiera entre ambos.
Dos hombres amándose en un tiempo a medias, aún criticable por parte de la ciudadanía, de ahí, su relación tan hechizante y etérea, tan colmada de reservas inusitadas.
               Mas con el tiempo la utopía que rodeaba sus sentimientos comenzó a opacarse lentamente por las desconfianzas; aquellas que suelen nacer en un estrecho punto del corazón, sitiado siempre a un costado de éste, y de pronto, la magia oscura trasciende por las venas donde se vuelve una con el torrente sanguíneo, en donde, tarde o temprano ensucia la acaudala sapiencia, que por tanto tiempo
se había mantenido fiel al crescendo de sensaciones afectuosas.
              
Pero ya es tarde…
… Y no hay marcha atrás.
Lo hecho… hecho está.
Es irremediable.   
Se miró ambas manos vestidas de gules, empapadas del muerto amado que agonizaba sobre la mesa de su propia casa. Nadie lo descubriría, de ello estaba seguro. Sin embargo, el dolor en su pecho se remarcaba con mayúsculas anacoretas esparcidas como un vendaval ahora por sus ojos, una lágrima que había dado inicio como un sutil rocío antes, ahora se volvía violento. Atravesó el cuarto decorado de manera rustica, nada elegante, simplemente sencillo. Se detuvo frente a un espejo de antigua procedencia, fue entonces que entendió que nunca estaría solo aunque hubiese acabado con su compañero en vida, su amor, los volvería eternos.
               Caminaría sobre este mundo aparentemente sin la mitad de su corazón, pero tan sólo él sabía que si guardaba sus restos, nada impediría que continuaran aunque fuese en los sueños noche tras noche, regocijándose el uno con el otro.
               Volteó y avanzó silencioso hasta su amante, aquel que mantenía ya por siempre su fría mirada fija en él; las pupilas acaecían y la frescura de su cuerpo daba a luz, prontamente se pondría rígido y el peso de su verdadero estado sería una molestia para su amante.
               Lo cargó con la delicadeza que se profesa al tratar la más fina joya, y se dirigió directamente hacia su habitación, la misma que había sido testigo de interminables noches de profunda pasión ahora también lo sería de su pacto a la eternidad. Corrió la cama a un costado, para luego desprender tabla a tabla el suelo de la alcoba. Ese sería el templo de su pasión y amor, ahí se reservaría el derecho de visitas no invitadas.
Era suyo, como siempre debió de ser.
Su más profano altar.
              
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