A través del Bosque~ Autor: Rossiel Black


Proyecto Adictos a la Escritura de enero



Sus labios trataron de modular una frase de auxilio mientras corría lentamente a través del bosque. Sentía su pecho agitarse, el corazón desbocarse, sus huesos estaban castigando la piel adherida y la sangre se deslizaba silente por encima de los poros que emitían frío sudor. Varias heridas le estaban quitando la vida con cada paso que daba.
            Se arrepintió profundamente por decidir aquel sitio para ir de vacaciones, si llegaba a salir viva de esta, se juró que no volvería a pisar lugares boscosos. De ahora en más, escucharía cada consejo que su madre le dijese, como nunca antes, hoy soñaba con que en vez de ignorarla, solo por esta vez, sí la hubiese escuchado. Todo sería distinto.
            Oyó pisadas fuertes tras de ella, el simple hecho de mirar hacia atrás le provocaba dolor tanto en el cuello como en las costillas rotas. Siguió corriendo conforme la respiración vecina se volvía poderosa e incluso se notaba parte de la ira que traía ese monstruo consigo. La alcanzaría, y se sentía horrorizada de solo intentar imaginar lo que vendría después.
            — ¡Morirás! —Notó un fuerte impacto la mujer en su espalda, seguido de sentir que sus fuerzas fallecían a pleno ritmo de sus inverosímiles movimientos.
            Un líquido tibio corrió raudo por su espalda a la vez que su vista se nublaba poco a poco.
            —Yo lo sé —sentenció una voz grave, llena de placer cuando se percató de que la fémina no podría ir más allá.
            La empujó.
            — ¡Morirás! Yo lo sé —añadió, viéndola aterrizar con el rostro sobre una raíz sobresaliente en el suelo lleno de hojas rojas.
            Abrió los labios tratando de respirar, sus ojos escaparon de la realidad, meramente fragmentos alcanzaba a notar de lo que le sucedía. El dolor ya no era más, solo frió, solo falta de oxigeno.  Sintió que flotaba, que era incorpórea.
            El hombre la giró y retomó la tarea que había estado llevando a cabo desde hace tres días, le generó más cortes en la piel al tiempo que una de sus manos se cerraba sobre el cuello de la fémina. Bajo, se concentraba en penetrarla, después de todo, la chica nunca se percató que por el bosque corrió desnuda. Así continuó, hasta que la joven abandonó la mortalidad, y aquello sin duda no le gustaba, para él, las mujeres debían sobrevivir a toda clase de torturas. Si su madre pudo, las demás también podrían.

            Se sació cuanto pudo con ella, pero llegado su momento, sin más que extraer de su espíritu, decidió cortarla en varios pedazos y desperdigarlos por varios espacios del bosque. Aquel sería su eterno hogar, libre para deambular y recordar sus últimos momentos.