EL VAMPIRO

En el regazo de la tarde triste


Yo invoque tu dolor..sentirlo era
Sentirte el corazon ¡ palideciste ¡
Hasta la voz, tus párpados de cera.
Bajaron y callaste y pareciste
oir pasar la muerte....yo que abriera
tu herida mordi en ella ¿ me sentiste ?
como en el oro de un panal mordiera¡
Y exprimi mas, traidora, dulcemente,
tu corazon herido mortalmente,
por la cruel daga rara y exquisita
de un mal sin nombre, hasta sangrarlo en llanto¡
y las mil bocas de mi sed malditas
tendi a esa fuente abierta en tu quebranto.

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