Karl, un hombre carismático que no se deja avasallar por nadie, que conoce el mar como ningún otro Agá en los siete mares, unido a una de las mejores tripulaciones, el “Blood for Gold” temerario y preparado en todo momento para luchar.
Myrrh, la mujer más sedienta de sangre del Blood for Gold, la única. En silencio permaneces atenta, no hay nada que no sepas, estás distante a veces y, en otras, tan cerca del hombre del que juras odiarle. Qué pena, pero no es así, sabes que tu corazón guarda mucho más que lo que demuestras al exterior. Le sigues con la mirada, expectante.
¿Quién sabe lo que pueda suceder entre ambas armas listas para matar?
Cuando te veo cruzar, oh mi amada indolente,
Paseando el hastío de tu mirar profundo,
Suspendiendo tu paso tan armonioso y lento
Mientras suena la música que se pierde en el barco.
Cuando veo, en el reflejo de la luz que la acaricia,
tu frente coronada de un mórbido atractivo;
donde las luces últimas del sol traen a la aurora,
y, como los de un cuadro, tus fascinantes ojos.
Me digo: ¡qué bella es! ¡qué lozanía extraña!
El ornado recuerdo, pesada y regia torre,
la corona, y su corazón, prensado como fruta,
y su cuerpo, están prestos para el más sabio amor.
¿Serás fruto que en otoño da maduros sabores?
¿Vaso fúnebre que aguarda ser colmado por las lágrimas?
¿Perfume que hace soñar en aromas desconocidos,
Almohadón acariciante o canasto de flores?
Sé que hay ojos arrasados por la cruel melancolía
Que no guardan escondido ningún precioso secreto,
Bellos arcones sin joyas, medallones sin reliquias;
más vacíos y más lejanos, ¡oh cielos!, que esos dos ojos tuyos.
Pero ¿no basta que seas la más fuerte apariencia,
alegrando al corazón que huye de la verdad?
¿Qué más da tontería en ti, o peor aún, la indiferencia?
Te saludo. Adoro tu belleza.
[El poema no pertenece a ninguno de los autores del foro]
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