Nuestra Muerte.


El día en que por fin muera,
Sé que no lloverá. El canto del ave sonará,
Mientras el repicar de campanas sordas Manchen el viento tranquilo.
El Cielo se teñirá de azul;
Con nubes adornará su manto.
Y mientras sé que mi llanto,
Ya no se escuchará.
Nada del mundo cambiará,
Aún seguirá girando;
Parecerá burlarse en mi cara Al ver que fui olvidado.
Mi cuerpo por fin cesará De ejercer sus tantas funciones;
La mente callar podrá;
El corazón habrá de detenerse.
Y en un infinito suspiro,
Aquél que exprese el dolor,
Se ahogará en un llanto tranquilo Confuso,
triste, desamor.
Mis ojos ya no podrán Perderse en tu dulce rostro;
Las lágrimas no llamarán El candor de tu piel.
Pero sobre todas las cosas,
Mi muerte será olvido;
Será eterna, será mía,
Y tú morirás conmigo.



[Este poema no pertenece a los autores de este blog]

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