Salvajismo Puro (Aicon v/s Salvatore) Rol.



Aicon:


Un lago precioso en verdad, hoy estaba algo molesto, ah claro, es que la verdad es que siempre estaba con el mismo genio. Las aves gozaban en las alturas, lastima que no quisieran decender a las orillas de las aguas, no eran de lo más cristalinas ni nada parecido, el musgo en las piedras provocaba que el lago se tornara algo enturbiado. Nada fuera de lo común.

Su cuerpo escamoso recorría por el fondo, vil serpiente de catorce metros de longitud y treinta de grosor, si, era bastante grande su cuerpo y sin embargo le era muy cómodo el deslizarse. Sacó sólo su cabeza fuera del agua, su piel pasaba desapercibida ya que tenía las mismas tonalidades que musgo. Oh, pero ese no era su color natural, no, la anaconda se disfrazaba del tono que le rodeara, símil reptil que gustaba de los animalitos como emparedados a la hora matutina... aunque podría decirse que, no padecía hambruna hoy necesariamente.

Con todo, se cubrió del espesor de las algas que en el agua crecía, dejándole camuflado ante algún visitante que pudiera entrever lo que allí se ocultaba, inamovible, esperando al acecho, muchos venían por estos parajes solamente para pasar un buen rato, picnic, amoríos cerdos y asquerosos, había de todo para satisfacer a la visión reptiniana.

Salvatore:

Su forma zorruna era my cómoda, linda y anatómicamente bien diseñada, de salud envidiable, sin embargo debido a que su padre nunca le dejo tomar aquella forma, con facilidad, de cierto modo el incomodaba usarla, por lo que no era sal verle en ella, sin embargo ahora la usaba



Tenia sedo después de un rato de andar correteando por las llanuras, haciendo ejercicio y moviendo los músculos, sabia debería ahora estar mas ágil que nunca, con un anda suave pero firme fue acercando a las aguas que ahí se mantenían calmas he incitantes


Despidiendo ese aroma fresco y dulce que le invitaba a beber un poco de aquella refrescante agua, se mantuvo en la orilla parado firmemente mientras metía solo la punta de su hocico blanco para beber un poco de agua, mientras mantenía las orejas puntiagudas levantadas y en constante movimiento, en señal de alarma, con los músculos relajados y tersos por si había que correr rápido de algún cocodrilo o peor


Era muy prevenida, mas en su estado, bebía agua tranquilamente…


Aicon:


Las anacondas son reptiles que se basan en la compresión, si su longitudinal cuerpo llega a anillarse en el de una bestia, sea cual sea, se inicia la compresión en base a los latidos del corazón de la victima, método de constricción es la que se genera, resultando los huesos del adyacente... demolidos.

Frondosos árboles cubriendo la matiné, dando sombra eficiente sobre las aguas musgosas y algadas, piedras resbalosas se apreciaban en la orilla, el ofidio con fisonomía fuera, escudriñaba todo el rededor, si... abarcaba desde su posición a los paseantes, es entonces que logra ver un zorro blanco, apetecible cánido en andazas de abastecerse de agua... setenta centímetros de longitud, sin contar su cola corta, que por lo que diviso, eran treinta centímetros de larga... Excelente presa para cazar sin engullir, mera dicha del oficio natural, salvaje, todo por ver pánico en rostro contrario. Ah, delicioso aperitivo ya que el terror y el miedo... eran su mejor alimento mayor, lo anteponíase por delante del hábito alimenticio general.

Anatomía escurridiza y veloz comenzó su marcha, hundiendo la cabeza bajo las aguas, escasos segundos le tomó llegar a la orilla, siempre en las honduras del lago.
Una vez que estuvo lo suficientemente cerca, un metro entre sus humanidades salvajes, mero impulso desde el final de su cola contra la tierra, ayudó a levantarse desde las enturbiadas aguas, ofidio que abrió su boca de sopetón dejando que sus músculos maxilares se desarticularan, largo cuerpo se abalanzó sobre la orilla, con sus fauces abiertas de par en par, tragando la cabeza del cánido, sus colmillos se aferraron al cuello destrozando parte de la piel, sanguinolento aroma y color enjuagó sus papilas.... voraz pretendía tragárselo entero, empero quiso esperar a ver reacciones nefastas en dicha criatura, quedando sólo por el momento su cabeza engullida, no existía animal en el mundo que pudiese liberarse de colmillos cómo esos, eran como hierro puro ceñido a carne blanda y rojiza.

Su escamosa anatomía comenzó a retroceder sosteniendo la presa en sus fauces, volviendo al agua lentamente, claro que, si no le liberaba pronto... el zorro blanco moriría de asfixia dentro de su maxilar. Esperaría ver reacción de pánico haber si se le antojaba dejarle escapar.

Salvatore:


Genial!


Justo lo que menos quería era lo que en ese momento estaba sucediendo, tranquilo el se encontraba cuando aquella voraz masa se atrevía a engullirlo, literalmente, Salvatore era un niño de esos llamados: “Bien” “Hijo de papi”, siempre limpio y pulcro aquella terrible situación tan lamentable, primero que nada le causaba asco


Estar dentro de la boca del animal era asqueroso, el cuello le dolía seguramente en donde le había clavado los colmillos tenia laceraciones, si… las podía sentir justo en el lomo y detrás de la mandíbula


El olor de su propia sangre llego hasta sus sentidos, al principio le saco un quejido de susto y asombro a partes iguales no era minúsculo en tamaño, aun que tampoco era un toro, lo que significaba que aquel animal era una anaconda una boa por lo menos


Sabia que estos eran los peligros que aquel mundo donde Vivian ofrecía al por mayor, de haber sido otra raza le hubiera clavado las garras de las patas en aquella brillante piel, sin embargo la fuerza de su raza radicaba en sus fuertes mandíbulas y en su agilidad al escapar, pero…
Tenía la cabeza dentro de aquel animal, y sus garras no eran más fuertes que las de un perro casero así que eso lo dejaba en una desventaja aparente, sin embargo estaba en cinta, estaba enojado por aquella situación y sus instintos se mesclaron con su raciocinio “Humano”


Relajo su cuerpo y lo dejo laxo, tranquilo, sabia que lo mejor en estas circunstancias era mantener la calma de lo contrario el animal apretaría mas sus mandíbulas o… aria como los lagartos hundiéndolo en el agua lo que adivino estaba haciendo al sentir su pelaje mojarse, tenia que pensar rápido o moriría asfixiado dentro de aquel animal así que sin ver absolutamente nada solo guiándose por s sentido olisqueo y encontró la lengua de aquel animal sin perder tiempo la apreso entre sus afilados colmillos hundiéndolos en la blanda carne sintiendo como la sangre pronto emano de aquel musculo sabe


No dejo de apretar hasta que el otro ira una reacción, mientras mas presión hacia la anaconda sobre el, el con mas ahincó le mordía la lengua, esa era una ventaja de estar dentro del otro…


Aicon:


Anaconda astuta arrastra al cánido dentro del agua lentamente, mordaces fauces son las que se aferran al cuello del zorro blanco, suspende pronto su entrada en las gélidas aguas, entereza muestra por el animalillo, siente cómo éste se revuelve en su dermis tratando de escapar exasperado, empero no tarda en dar relajo, creyendo el ofidio que desmayado de encontraba, le sorprende el momento en su lengua es mordida por la mandíbula del canino, serpenteante movimiento ejecuta yendo de un lado a otro su cabeza en el aire, sacudiéndolo al cachorro con furia.

Es entonces que puede sentir la mezcolanza de su bermellón con el contrario deslizándose dentro de su cuerpo, formula única y nueva, sin embargo las anacondas son instintivas y aún así con mordida y todo, sigue sacudiéndolo en el aire, el dolor penetra fúricamente en la serpiente, languideciendo sus colmillos, lanzándolo varios metros de distancia en el agua, mandándolo casi a la otra orilla del lago, el zorro se hunde. No tendrá clemencia ahora con la alimaña, triturará aquel cuerpo con su escamoso y longitudinal anatomía. Sus fauces siguen afligidas, empero es un inconciente reptil hundiéndose bajo el agua, reptando por las profundidades cautelosamente para dar con su presa, su largo cuerpo actúa cómo un resorte incrementando la velocidad.

Salvatore:


Sus mordidas y su paciencia rindieron frutos cando aquella enorme serpiente lo levando con demasiada facilidad para su gusto, moviendo el largo cuerpo de un lado al otro en un intento de tragarse a Salvatore, de que lo soltara?


El no hizo ni lo uno ni lo otro y no dejo de morder aquella lengua hasta que le soltó, lanzándolo al agua a cerca de la otra orilla, el agua amortizo aquella caída salvándolo de daños mayores, no había tiempo para perder el conocimiento o para dejarse tranquilo en el agua traicionera, sabia bien eran los dominios de aquel infeliz ser que lo había apresado


En otras circunstancias se habría quedado hasta el desenlace, pues Salvatore era muy orgulloso, pero ahora con un bebe gestándose en su interior no podía arriesgarse a perder o dañar aquel ser al que amaba profundamente aun sin conocerlo, salió rápido del agua, nadando hasta la orilla con aquella monstruosa serpiente siguiéndole los talones zorrunos, mientras sentía como n hilillo de sangre salía de las heridas en su cuello


Le dolía el cuerpo pero puso toda su fortaleza en cada pisada y cada huella haciendo gala de su velocidad corriendo montaña arriba para salir del alcance de la mortífera, no volvería a mirar atrás pero cuando tuviera a su bebe volvería a buscarle esto no se quedaba así


Sabia que reconocería a la serpiente pues aquella mordida en su lengua no era una cosa ligera, le había despedazado casi la lengua de otra manera no lo hubiera soltado, posiblemente como humano si es que lo era como el tendría problemas del habla debido a aquel casi le arranco la lengua así como el tenia heridas graves en su cuello por las mandíbulas del otro…


Aicon:


Dolor era intenso, perolo su cuerpo está hecho de fuerte musculatura, piel gruesa e impenetrable para un simple zorro blanco, aunque mordió su lengua, está no se daño al punto de quedar luego con problemas del habla, sólo carne fue lo que mordió… dejando leve impresión de más daño.

Reptando bajo las aguas, notó que el cánido salía apresurado a la superficie, siguiéndole los talones, abriendo sus maxilares de extremo a extremo listo para devorarlo, el contrario logró salir aprisa, dándose a la fuga cómo una bala... maravilloso, su comida se escapo por ésta vez, empero ya tendría oportunidad siguiente para acechar nuevamente.

No le seguiría ya, dado que en tierra su anatomía era lenta. Llegando a la misma orilla por donde se escabullo el animal, se levantó de las profundas aguas transformándose al unísono en un vil y sexy humano de cabellos largos, sedosos y negros como la noche que caían cual cascada por su ancha espalda marmolada... Pasos suaves usó hasta quedar en tierra firme, moviendo ligeramente sus caderas de manera varonil, elegancia rebosante, llevóse una mano a su cuello, recargándola a un costado, inclinando el rostro el cual crujió, misma tarea hizo con el lado contrario, enderezó la quijada de un violento meneo y quedó en su lugar. Silente siempre llegó hasta uno de los árboles donde sus vestiduras negras y misteriosas colgaban cual fruto cencio de naturaleza misma.

Ignominioso, errante... colocó sus prendas en su respectiva humanidad, emprendiendo camino hacia la ciudad, noche de festejo le esperaba en soledad, no necesitaba de compañía, fastidiaban sus festines diurnos.

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